El teatro de Serafín
Toda la magia de existir habrá entrado a un "interior" cuando los tiempos vuelvan, otra vez, a cerrarse.
Y no estará cerca de un gran grito, una fuente de voz humana, una sola y aislada voz humana, como un guerrero que se haya quedado sin ejército.
Para poder describir el grito que he soñado, describirlo con palabras vivas, con palabras apropiadas, boca a boca y respiración a respiración, que suceda no en el oído sino en el "interior" de los espectadores.
Entre el personaje que se agita en mí cuando soy un actor y acciono en una escena, y el que soy cuando acciono en la vida corriente hay una diferencia importante, sin duda, pero siempre en beneficio de la existencia del arte del teatro. Cuando vivo no me siento vivir. Pero cuando acciono es donde me siento existir.
¿Qué me impediría creer en el sueño del arte del teatro cuando creo en el sueño cuando duermo?
Cuando sueño hago algo, y en el arte del teatro hago algo.
Los eventos del sueño guiados por mi profunda conciencia me enseñan los acontecimientos de la vigilia, hacia donde me conduce la fatalidad.
Pero el arte del teatro es como una gran vigilia donde soy yo quien conduce la fatalidad.
Pero ese arte del teatro en el que dirijo mi fatalidad, que tiene como punto de partida la respiración y que se apoya después de la respiración en el sonido o en el grito, es necesario para rehacer la cadena, la antigua cadena en la que los espectadores buscaban en el arte del teatro su propia realidad, respiración a respiración.
ANTONIN ARTAUD
El teatro de la crueldad
La Pajarita de Papel ediciones