23/6/21

Carta de un pintor a su hijo

 Querido hijo mío no, me escribes que estás pintando una Madona, y que tus sentimientos se te aparecen tan impuros y carnales para el acabamiento de tal obra, que, con objeto de santificarlos, desearías comulgar cada vez que vas a agarrar el pincel. Deja que tu anciano padre te diga que ese es un entusiasmo falso que te ha pegado la escuela a la que te adscribes, y que, según la enseñanza de nuestros viejos y dignos maestros, el trabajo se despacha perfectamente con ese placer, común pero por lo demás probo, que se halla en el juego de trasladar tud figuraciones al lienzo. El mundo es una fábrica fantástica; y los efectos más divinos, querido hijo, se siguen a menudo de las causas más ruines y deslucidas, El hombre,por ponerte un ejemplo que salte a la vista, es en verdad una criatura sublime; y sin embargo, en el instante en que se lo engendra no resulta necesario meditar conn gran santidad acerca de ello. En efecto, aquel que tras comulgar pusiese manos a la obra con la mera intención de construir su elevado concepto en el mundo de los sentidos, inevitablemente, engendraría un ser miserable y decrépito; por el contrario, aquel que en una estival noche de regocijo besa a una muchacha sin pensárselo mucho, sin lugar a dudas trae al mundo a un mocete que luego se irá a correr aventuras con todo vigor y lozanía y les causará quebraderos de cabeza a los filósofos. Dios te guarde.
 
HEINRICH VON KLEIST
Sobre el teatro de marionetas y otros ensayos de arte y filosofía
Libros Hiperión
 

 

  Ann Jellicoe Directora de teatro y actriz inglesa (1927 - 2017). Desde la infancia  mostró un gran interés por el arte del teatro. En 19...