18/7/21

La muerte del príncipe

PRÍNCIPE.- Todo este universo es un libro en el que cada uno de nosotros es unan frase. Ninguno de nosotros, por sí mismo, propone más que un pequeño sentido, o una parte de sentido; solo en el conjunto de lo que se dice se percibe lo que cada uno realmente quiere decir. Unos son frases que parece que se elevan del texto para determinar el sentido de todo un capítulo, o de toda una intención, y a estos los llamamos genios; otros son simples palabras, que en sí mismas contienen una frase, o adjetivos capaces de definir ampliamente, destacadas aquí o allí, pero sin decir lo que al conjunto le importa, y esos son hombres de talento; unos son frases de pregunta y respuesta, por medio de las cuales se forma la vida del diálogo,y esos son los hombres de acción; otros son frases que aligeranel diálogo, y lo hacen lento para luego animarlo, puntuaciones verbales del discurso, y esos son hombres de inteligencia. La nayoría son frases hechas, casi iguales unas a otras, sin color ni relieve, que aún sirven para ligar las intenciones de las metáforas, para establecer la continuidad del discurso, para permitir que el relieve tenga relieve, existiendo enapariencia solo para que todo ello pueda existir. Por lo demás, ¿no estamos hechos nosotros, comola frase, de palabras corrientes (y estas, de sílabas sencillas) de sustancia constante, mezclada de mododiverso, de la vulgar humanidad? ¿No es nuestro amor el amor de todos y nuestro llanto, las lágrimas mismas? Pero cada uno de nosotros ama y llora él mismo, y no otro; hay un objetivo interior que lo indefine (disuelve) y determina. Esto que te estoy diciendo sin duda es delirio, porque no sé porqué te lo digo; pero ya que lo digo sin saber es también sin duda verdad.
 
FERNANDO PESSOA
Teatro completo
Hiru ediciones

7/7/21

 

Acto cuarto

SONIA.- ¡Hay que vivir! (Pausa) Y nosotros viviremos, tío Vania. Viviremos una larga, larga sucesión de días y de largas veladas; soportaremos pacientemente las pruebas que nos depare el destino; trabajaremos para los demás, ahora y también en la vejez, cuando nos llegue nuestra hora moriremos resignadamente. Luego, más allá de la tumba, diremos que hemos sufrido, que hemos llorado, que hemos tenido penas, y que Dios se compadecerá de nosotros, y tú y yo, querido tío, veremos una vida radiante, espléndida, hermosa, nos sentiremos gozosos y contemplaremos nuestros sufrimientos de ahora con indulgencia, con una sonrisa... y descansaremos. Yo tengo fe en ello, tío, una fe ciega, ardiente... (Se arrodilla a los pies de Vania, apoya la cabeza en sus manos. Conn un hilo de voz). Descansaremos. (Teleguin rasguea suavementa la guitarra). ¡Descansaremos! Oiremos a los ángeles, veremos todo el cielo tachonado de diamantes, veremos cómo son sumergidos todos nuestros sufrimientos y todo el mal existente sobre la tierra por la misericordia que inundará el mundo entero y nuestra vida se volverá entonces apacible, suave y dulce como una caricia. Yo tengo fe en ello, tengo fe... (Con su pañuelo, enjuga las lágrimas de Vania). Pobre tío Vania, pobrecito, estás llorando. (Llorando también). Tú no has conocido alegrías en tu vida; pero espera, tío Vania, espera... ¡Descansaremos! (Le abraza). ¡Descansaremos! (Fuera se oye al guarda que hace su ronda. Teleguin toca en sordina. María Vasilievna hace acotaciones en un folleto. Marina sigue con su calaceta) ¡Descansaremos! (Telón lento).
 
ANTÓN CHÉJOV
Tío Vania
Ediciones Cátedra 

  Ann Jellicoe Directora de teatro y actriz inglesa (1927 - 2017). Desde la infancia  mostró un gran interés por el arte del teatro. En 19...