Rosalía de Castro
Dicen que no
hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
ni el onda con
sus rumores, ni con su brillo los astros,
lo dicen, pero
no es cierto, pues siempre cuando yo paso, de mí murmuran
y exclaman:
—Ahí va la loca
soñando
con la eterna
primavera de la vida y de los campos,
y ya bien
pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando,
aterida, que cubre la escarcha el prado.
—Hay canas en
mi cabeza, hay en los prados escarcha,
mas yo prosigo
soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna
primavera de la vida que se apaga
y la perenne
frescura de los campos y las almas,
aunque los unos
se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros y
fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
sin ellos,
¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?
EN LAS ORILLAS DEL SAR